El mercado fiduciario está compuesto por todas aquellas entidades que tienen la titularidad de bienes y/o derechos fideicomitidos, que a su vez se encargan de la realización de los fines que establece el fideicomiso, tales como administrar o enajenar la intención con la que se desarrolle la finalidad del encargo fiduciario, ya sea en beneficio del fideicomisario o bien del fideicomitente.
En México las según el artículo 395 de la “Ley General de Títulos y Operaciones de Crédito”, establece como entidades fiduciarias a:
- Instituciones de Crédito
- Instituciones de Seguros
- Instituciones de Fianzas
- Casas de Bolsa
- Sociedades Financieras de Objeto Múltiple
- Almacenes generales de Depósito
- Uniones de Crédito
Existen tres principales tipos de fideicomisos en México que son:
- Fideicomiso de administración
- Fideicomiso de inversión
- Fideicomiso de garantía
Aunque también hay presencia de otros tipos de fideicomisos que son clasificados según la finalidad de contrato, tales como:
- Fideicomisos patrimoniales
- Fideicomisos testamentarios
- Fideicomisos de inmuebles en zona restringida
- Fideicomisos para desarrollos inmobiliarios
Los fideicomisos en México tienen algunas ventajas para la mayoría de los contratos, algunas de ellas son:
- Los bienes administrados son inembargables
- La contabilidad y las auditorias son independientes
- Tienen beneficios tributarios
Es importante resaltar que el Mercado Fiduciario en México alcanza los 7 mil 800 billones de pesos, equivalentes al 55% del PIB nacional, el cual presenta un aumento promedio anual del 7% respecto a los 6 años anteriores. (El Financiero, 2020)
De los activos administrados por fideicomisos en el país se distribuyen en 75% por la banca múltiple, 21% por instituciones públicas y sólo el 4% por casas de bolsa.
El Mercado Fiduciario Mexicano aún presenta algunos retos a alcanzar en este sector como son la administración de riesgos, el cumplimiento regulativo y el control operativo.
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